Laurel (Laurus nobilis)

Nombre científico: Laurus nobilis.

Nombre común: Laurel, lauro.

Origen: Mediterráneo.

Características: Árbol o arbusto dioico, perenne, de tronco recto con la corteza gris y la copa densa, oscura, con hojas azuladas, alternas, lanceoladas u oblongo-lanceoladas, de consistencia algo coriácea, aromáticas, con el borde en ocasiones algo ondulado.

Cultivo: Especie poco exigente en suelos, aunque prefiere aquellos sueltos y frescos.

Soporta muy bien la poda y es sensible a parásitos.

Una vez establecido, es muy tolerante a la sequía y el calor, así como a las bajas temperaturas. No obstante puede sufrir daños con heladas fuertes.

Prefiere suelos bien drenados, fértiles y con un pH neutro a ligeramente ácido.

Puede tolerar cierta presencia de sales en el sustrato.

Poda de formación en primavera o poda de mantenimiento para eliminar ramas secas o enfermas.

Las hojas y bayas pueden ser tóxicas para mascotas si se ingieren en grandes cantidades.

Requiere riegos moderados, y ha de permitirse que el sustrato se seque entre riegos.

Aplicar un fertilizante equilibrado en primavera y verano, cada 2-3 meses.

Exposición: Sol / Semisombra. Se adapta a cualquier tipo de exposición, no obstante en Madrid el sol de verano puede llegar a quemar sus hojas, por lo que si los ubicamos en una zona de semi-sombra estarán mejor.

Usos: El laurel es muy apreciado tanto por su valor ornamental como culinario. Se utiliza con frecuencia para crear setos formales. Su denso follaje verde oscuro proporciona una barrera eficaz contra el viento y la vista, ideal para crear privacidad en jardines.

Es una planta fácil de podar y modelar, lo que la hace excelente para el topiario y otros formas estructuradas en el jardín.

También se cultiva en macetas grandes, lo que le permite decorar patios o entradas. Esto facilita además el traslado en invierno en climas más fríos.

Cuando se cultiva como árbol solitario, puede convertirse en un atractivo punto focal en el jardín gracias a su forma elegante y su crecimiento erguido.

Debido a su fragante follaje, se incorpora en jardines de hierbas y en jardines sensoriales. Las hojas pueden liberar su aroma al tocarlas, lo que añade una dimensión añadida a la experiencia del jardín.

Proporciona refugio a diversas especies de vida silvestre y puede atraer insectos polinizadores cuando florece.

Se utiliza a menudo para embellecer bordes de caminos y pasillos, beneficiándose de su capacidad de control de forma y su follaje siempre verde que mantiene el atractivo durante todo el año.

Toxicidad: El laurel no se considera altamente tóxico para los humanos o las mascotas. Sin embargo, las hojas son duras y pueden causar molestias si son ingeridas en grandes cantidades.